martes, 9 de agosto de 2011

Dame un punto de apoyo y moveré el mundo.

Catástrofe humana. Sólo con esas palabras podemos referirnos a la situación que están atravesando las gentes nativas de Somalia.
Siempre, dicen que estamos muy acostumbrados a oír, leer y ver por los medios de comunicación situaciones de hambre extrema. Es algo que tenemos asumido, que sabemos de sobra, pero que, nos para lejos… Las distancias nos han hecho olvidar que tenemos hermanos, vecinos, amigos,… que están sufriendo las consecuencias de algo que claramente no merece ningún ser humano. 
La semana pasada estaba viendo el telediario de las tres y, me quedé sobrecogida… El estado de esas gentes es deplorable. La noticia que se recogía en imágenes era desoladora. En un instante vi niños muriendo, más de 500.000 se encuentra en esta situación; sin fuerzas a penas para llorar y con la única carencia de pan y agua, cosas que a nosotros nos sobran. La emergencia está proclamada.
En ese instante, en el que me inundó la pena y la rabia; solo pude apagar la televisión y mirar hacia otro lado. Puede que escandalice, pero no fui capaz de afrontar la realidad. Me di cuenta de que hay gente en este mundo que se está MURIENDO. Que le falta lo primordial y que a pocos les importa.
Después de reflexionar sobre este tema, las demás noticias me parecen peroratas sin sentido. Espacios informativos rellenos de egoísmo y despilfarro que hunden las noticias que claman con gritos de muerte. Ante esto poco nos importan las incongruencias políticas o las aventurillas de cuatro famosillos en una isla de la Conchinchina.
Tengámoslo en cuenta. Miremos más allá. Extendamos nuestras manos. A veces no nos creemos capaces de hacer el bien por el tercer mundo, pero… ¡es posible!  Seamos voluntarios de corazón que con su pobre aportación pueden cambiar el mundo en el que vivimos. Quizá haya quien piense que vivo en una utopía irrealizable… así que yo digo: ¡No al hambre! ¡No a la muerte! ¡No a la injusticia! Este mundo nos necesita y no vamos a responderle con un “no puedo”.
Todos juntos somos capaces de mover el mundo. Como dijo Arquímedes: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo” Que nuestro punto de apoyo sea el amor y así movamos nuestro planeta hacía la solidaridad y el desarrollo.

Saray Pérez es estudiante de Periodismo en la Universidad de Murcia.

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